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"Un país, dos almas", por Jorge Elías

Trump resultó ser una válvula de escape para una parte de la sociedad de Estados Unidos que buscaba expresar su malestar, como describe Jorge Argüello en su último libro.



La guerra cultural en Estados Unidos no comenzó con Donald Trump. Era una cuenta pendiente, algo así como un cartucho de dinamita que esperaba que alguien encendiera la mecha. Según Jorge Argüello, “un redentor de la gente común, víctima de una élite política corrupta instalada en el pantano de Washington” que se ofreciera “como un gladiador dispuesto a batirse con las peores amenazas. Todo barnizado por consignas nacionalistas y posiciones ultraconservadoras”. El indicado era un outsider aceptado por la maquinaria republicana que “le prometía ampliar la base electoral sin abandonar la radicalización ideológica”.


Era Trump, señala Argüello, dos veces embajador argentino en Estados Unidos, representante permanente ante la ONU y embajador en Portugal y Cabo Verde, entre otros cargos, en su libro Las dos almas de Estados Unidos. Viaje al corazón de una sociedad fracturada. El presidente de la Fundación Embajada Abierta pone el acento sobre el pasado reciente. Que guarda relación con el futuro inminente: el revival en noviembre del duelo entre Trump y Joe Biden, catapultado el 6 de enero de 2021 por el ataque de los muchachos trumpistas contra el Capitolio para inhibir la victoria del presidente demócrata.


Estados Unidos pasó a ser un país con dos almas, como otras comarcas no exentas del impacto de factores externos


Día infausto para la democracia, marcado y remarcado por Argüello en su libro, en el cual se pregunta: “¿Tambaleó esa idea de excepcionalidad de Estados Unidos y se abrió otra fase de incertidumbre, probablemente sin precedente?”. Sin duda: “La era trumpista y sus rupturas, en particular, expusieron en carne viva ese estado de ánimo de toda la sociedad. El estrés general que introdujo el COVID-19 solo acentuó los parámetros de la polarización”. Palabra clave.  El apagón anímico derivó en la pandemia del malhumor. Sin respetar fronteras. Menos aún en el llamado ombligo del mundo, con su vocación imperial y su tentación aislacionista.


Estados Unidos pasó a ser un país con dos almas, como otras comarcas no exentas del impacto de factores externos. Lo expone Argüello: “Si la invasión de Ucrania por Rusia y las relaciones neutrales de China, India y el sur global no bastaban, los llamativos reacomodamientos de 2023 en Asia y Medio Oriente –con Washington como espectador hasta el estallido palestino-israelí en la Franja de Gaza– alimentaron la idea de que estamos al fin de una era unipolar excepcional y el comienzo de otra de carácter multipolar, donde no habrá ni uno ni dos protagonistas excluyentes, sino varios y variados”.


Un mundo nuevo en palabras de Argüello, presidente del Grupo de los 77 y China en 2011 y sherpa por Argentina en el Grupo de los 20 entre 2019 y 2023. Testigo in situ del cambio tanto en Estados Unidos como en Europa y otros confines y autor, entre otros libros, de Diálogos sobre Europa (2014), Historia urgente de Estados Unidos (2016) y ¿Quién gobierna el mundo? (2018). Esa pregunta, ¿quién gobierna el mundo?, continúa campeando en 2024, año en el cual casi la mitad de la población del planeta concurre a las urnas. Norteamericanos incluidos.


Publicado el 29/05/2024 por Jorge Elías en El Interín

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