El debate sobre la vejez de los dos candidatos estaba abierto. Ahora, la realidad está forzando una renovación de liderazgos.
¿Cómo operarán en los bandos republicano y demócrata el atentado a Donald J. Trump y, ahora, la renuncia a su candidatura del presidente Joe Biden?
La historia de Estados Unidos había escenificado durante más de un siglo y medio una saga de asesinatos o intentos de magnicidio. También había visto renunciar a más de media docena de presidentes en ejercicio a su derecho a la reelección.
Pero que dos eventos de semejante calibre se hayan sucedido con una diferencia de apenas días da una idea del terreno sísmico sobre el que se está moviendo la disputa política en Estados Unidos, dividido por una falla extensa y profunda, una grieta que enfrenta a dos almas en pugna de una misma nación.
¿Cómo operarán en los bandos republicano y demócrata el atentado a Donald J. Trump y, ahora, la renuncia a su candidatura del presidente Joe Biden?
Trump, cuestionado como Biden por los riesgos de su avanzada edad, eligió como vice de su fórmula a un candidato ultraconservador muy joven, J. D. Vance, un senador de 39 años capaz de asegurar la continuidad del trumpismo como movimiento hegemónico del Partido Republicano. Más grieta.
En estas horas, los demócratas respiran aliviados ante el paso al costado de Joe Biden, destinado al panteón del partido junto a Franklin D. Roosevelt o Lyndon B Johnson por su triunfo sobre Trump en 2020, así como por sus políticas económicas y sociales.
Sin embargo, mi experiencia como testigo privilegiado de la vida política contemporánea de Estados Unidos -incluyendo el asalto al Capitolio del 6 de enero del 2020- me dice que el alivio dará paso a la definición de un candidato o candidata que sólo tendrá como alternativa elevar el nivel de confrontación con Trump. Más grieta.
El debate sobre la vejez de los dos candidatos estaba abierto. Pues bien, la realidad está forzando una renovación de liderazgos.
Trump eligió al postulante más joven y radical. Enfrente, Biden ya había trazado la línea roja de la grieta: “Democracia o Trump”. Su vice Kamala Harris, o quien lo reemplace, no podrá plantarse con menos firmeza.
Al contrario, subirá la apuesta en busca de reafirmar la identidad demócrata, ante un trumpismo “recargado” que genera temor y espanto en su electorado.
Los dos proyectos, las dos ideas de país que dividen a los Estados Unidos llegarán a las elecciones de noviembre con rostros renovados, pero sólo para volver a chocar entre sí todavía con más ímpetu.
Falta mucho para el 5 de noviembre. El resultado es todavía incierto.
Publicado el 22/07/2024 por Jorge Argüello en Clarín