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EL FUTURO DE LAS DOS IRLANDAS



La “cuestión irlandesa” se convirtió en un asunto central del #Brexit y, ahora que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) quedó asegurada con la rotunda victoria del premier conservador Boris Johnson en las últimas elecciones británicas, el futuro de las dos Irlandas sigue siendo una gran incógnita del futuro inmediato.


¿Cómo nació el conflicto irlandés?

En términos muy simples, Irlanda puede dividirse entre católicos en su mayoría republicanos que están a favor de pertenecer a la actual República de Irlanda, de un lado, y protestantes en su mayoría “unionistas” monárquicos que se reconocen como una provincia más del Reino Unido.


Hasta principios del siglo XVI, Irlanda era una sola y la religión predominante era el catolicismo, pero desde el reinado de Enrique VIII, una corriente de protestantes británicos (ingleses y escoceses de la misma religión) se instaló y prosperó durante siglos en la actual Irlanda del Norte.


Cuando nació la República de Irlanda (1921), con 26 de los 32 condados en que se dividía la isla irlandesa, el noreste con mayoría protestante quedó bajo la protección y jurisdicción del Reino Unido, que estableció unilateralmente una frontera física.


¿Cuál fue la etapa de conflicto más intensa?

Con el tiempo, la confrontación entre protestantes-unionistas y católicos-republicanos generó grupos más radicalizados, incluso armados, que se hicieron fuertes en las distintas zonas de Irlanda del Norte, hasta desembocar en la creación del Ejército Republicano Irlandés (IRA, en inglés) en 1970, con raíz en el antiguo partido norirlandés Sinn Féin (Nosotros). La violencia, entre atentados, enfrentamientos y ejecuciones extrajudiciales, dejó más de 3.600 muertos.


¿Cómo se llegó a la paz?

En 1998, el atentado más sangriento en 30 años de conflicto, un coche bomba que provocó 29 muertos en Omagh, precipitó las conversaciones de paz que concluyeron con el Acuerdo de Viernes Santo, firmado ese año por los gobiernos del Reino Unido, Irlanda y ocho partidos norirlandeses.


El acuerdo allanó la formación de un gobierno de unidad que distribuye los cargos del gobierno de unidad (primer ministro, primer ministro adjunto y ministerios) entre el Partido Unionista Democrático (DUP, en inglés) y el republicano Sinn Féin, además del Partido de la Alianza y el Partido Socialdemócrata y Laborista, con el objetivo de ir reconquistando la autonomía de la provincia.


Asimismo, creó dos instituciones que garantizaran espacios institucionales para procesar los conflictos entre las dos Irlandas. El primero es la Asamblea de Irlanda del Norte (al momento del acuerdo, de 108 miembros elegidos por sistema proporcional), más conocida como Stormont. El segundo es el Consejo Ministerial Norte-Sur (compuesto por representante de Irlanda del Norte y funcionarios de la República de Irlanda). Los acuerdos fueron aprobados por referéndum tanto en Irlanda del Norte (71%) como en la República de Irlanda (94%).


¿Cómo evolucionó el proceso?

El Acuerdo del Viernes Santo dejó pendiente un tema muy sensible: el desarme del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que los unionistas exigían para terminar de conformar una administración conjunta, en particular en cuestiones de seguridad, y los republicanos lo consideraban como final del proceso de pacificación, incluido el retiro de la fuerza militar británica.


Por fin, en 2005, el IRA anunció que -sin disolverse y manteniéndose comprometido con “la unidad y la independencia de Irlanda”- dejaba las armas al cabo de 36 años de lucha para pasar a impulsar “programas puramente políticos y democráticos a través de métodos pacíficos”.


¿Cómo funcionó la autonomía?

En 1972, tras el Domingo Sangriento (Bloody Sunday, la represión violenta de una manifestación unionista en la que 14 personas fueron asesinadas por fuerzas británicas), el primer ministro conservador Edward Heath impuso el control directo desde Londres, que duró finalmente las más de tres décadas de conflicto violento.


Desde el Acuerdo de Viernes Santo (1998), el Gobierno británico suspendió la autonomía cuatro veces (una por cinco años), todas bajo el gobierno laborista de Tony Blair. Los partidos norirlandeses están obligados a gobernar en coalición, pero de lo contrario la autonomía cae y Londres puede asumir esas funciones.


Una suspensión prolongada de la autonomía comenzó en 2002, cuando comenzó un mandato británico de casi cinco años, bajo el gobierno de Blair, hasta que los unionistas aceptaron formar gobierno con los republicanos..


En 2010, los dos principales partidos (el DUP y el Sinn Féin), con el respaldo del primer ministro británico Gordon Brown y su homólogo irlandés, Brian Cowen, acordaron devolverle al gobierno autónomo de unidad de Irlanda del Norte sus poderes de seguridad pública y justicia, que controlaba Londres.


Stormont enfrenta una nueva parálisis desde enero de 2017 y hasta la fecha, luego de que el DUP y el Sinn Féin confrontaron por un programa de energías renovables. Esto implica que el principal órgano de Irlanda del Norte en materia de educación, salud, economía, policía, justicia local y agricultura no está gobernando (las relaciones exteriores y la defensa son atribuciones exclusivas de Londres).


¿Cómo avanza la pacificación?

Con los años, las partes unionista y republicana siguieron discutiendo asuntos pendientes, algunos simbólicos como el uso de banderas y desfiles unionistas en barrios de mayoría republicana, y otros más sensibles como el esclarecimiento de los crímenes cometidos por grupos terroristas y paramilitares, como parte del conflicto (3.000 de los 3.600).


Queda pendiente la creación de una Comisión de la Verdad que escuche los testimonios de miles de familiares de asesinados y desaparecidos durante el conflicto, pero se debate todavía si el resultado de su trabajo servirá para darle intervención a la justicia ordinaria para que juzgue las responsabilidades.


¿Cómo se integró Irlanda del Norte a la UE?

La temprana incorporación de la República de Irlanda a la actual Unión Europea, en 1973, y a su zona euro facilitó enormemente la pacificación en Irlanda del Norte, porque el mercado común convirtió la frontera física en una sucesión de 200 pasos que permitió cruzar diariamente sin problemas a más de 30 mil personas.


Entre las dos Irlandas siempre existió una “Zona de libre circulación” (Common Travel Area), una área libre de pasaporte que permite la circulación de personas con controles mínimos en los 500 km de frontera, aunque la República de Irlanda los endureció en 2008 (Dublín y Londres quedaron fuera del Acuerdo de Schengen).


El Brexit convierte ahora a Irlanda del Norte en la frontera exterior terrestre del Reino Unido con el resto de la Unión Europea a través de la República de Irlanda.


¿Cómo juega el caso irlandés en el Brexit?

Poco contemplada antes del referéndum, la mayor dificultad terminó siendo la situación de Irlanda del Norte, a la que un Brexit “duro” volvería a dejar separada por una frontera física de la República Irlanda (parte de la UE), lo que pondría en riesgo los Acuerdos de Paz del Viernes Santo (1998), que alientan la integración de todos los habitantes de la isla irlandesa.

La fórmula de un “backstop” o “respaldo”, ideada para instalar una frontera abierta entre las dos Irlandas pero con controles comerciales especiales, fue resistida tanto por Bruselas, que la vio técnicamente imposible si no involucraba a todo el Reino Unido, como por los “unionistas” norirlandeses del DUP que votaron por el Brexit y temen ser aislados de Londres y absorbidos a largo plazo por Irlanda.


Además, para el resto de los “brexiteers” británicos el “backstop” irlandés que impone Bruselas como condición sine qua non de una salida y la Unión Aduanera que implicaría (sólo con Irlanda del Norte o con todo el Reino Unido como aceptó May) mantendría conectado comercialmente el país con el bloque europeo e impediría firmar acuerdos comerciales con terceros países. En definitiva, convertiría la ansiada ruptura total en algo casi simbólico.


Un acuerdo (“Ley Brexit”) necesita que se cumplan tres condiciones: ninguna frontera, ninguna unión aduanera permanente y ninguna separación de Irlanda del Norte del Reino Unido: lo que algunos observadores definieron como el “trilema de Irlanda”. Hay que suprimir uno para garantizar los otros dos.


¿Cuál es la realidad política actual de Irlanda del Norte?

Por diferencias entre republicanos y unionistas, Irlanda del Norte quedó envuelta en una profunda crisis política, sin poder renovar Gobierno ni Parlamento (Asamblea de Stormont) desde 2017, cuando un escándalo financiero que involucró a la clase política rompió la coalición.


Las negociaciones continúan contrarreloj, antes de que el gobierno británico convoque unilateralmente a nuevos comicios regionales en enero.


En las recientes elecciones para el Parlamento británico (12 de diciembre de 2019), el DUP pro Brexit y aliado de los conservadores en Londres perdió dos bancas de las 18 que corresponden a la provincia norirlandesa en Westminster, hasta quedar en 8, contra 10 de la oposición republicana y pro europea (Sinn Féin 7, Nacionalistas 2 y Alianza liberal 1).

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